Recuperar la seguridad defensiva, engrasar la medular y encontrar mecanismos ofensivos para sacar todo el potencial de los atacantes, son los tres desafíos que deberá afrontar el nuevo entrenador para que la máquina del Real Madrid vuelva a funcionar a pleno rendimiento

Ha bastado una rueda de prensa para que el madridismo encienda la llama de la ilusión de cara a la etapa que comienza con Xabi Alonso al frente del banquillo del Real Madrid. El mediocentro convertido en entrenador de éxito tras hacer campeón al Bayer Leverkusen se enfrenta al mayor reto de su corta carrera en los banquillos. En su libreta tiene deberes en forma tres retos capitales para reflotar un barco que debe volver a navegar a toda vela: recuperar la seguridad defensiva, mejorar la fluidez del medio campo y hacer que la delantera se complemente con mayor fluidez.

Poner el candado

No hay equipo campeón sin una defensa fiable. La plaga de lesiones a la que se ha enfrentado el Real Madrid en la última temporada y la falta de efectivos obliga a ir al mercado. Con Dean Huijsen y Trent John Alexander-Arnold ya fichados y el interés por Álvaro Carreras encima de la mesa, la retaguardia está en fase de reconstrucción. Las dudas sobre el estado físico de Alaba y la prudencia que debe marcar los regresos de Militao y Carvajal a los terrenos de juego, darán mucho protagonismo inicial a Huijsen y Asencio, que se perfilan como la pareja titular en el Mundial sin olvidar a Jacobo Ramón, a quien Alonso ya tuvo en el infantil. Ser contundentes atrás y sacar el balón con orden se antoja fundamental para empezar la casa por los cimientos.

Arnold partirá desde el Mundial como titular indiscutible. En el flanco izquierdo de la retaguardia parece que pronto habrá novedades. La importancia de los carrileros en el fútbol actual es fundamental. Sin puñales por las bandas es difícil construir un equipo ganador. El buen manejo de balón de Arnold debe ser un recurso más para iniciar el juego unido a la calidad en esta faceta de Huijsen, todo un seguro de vida con la pelota en los pies.

Fluidez en la medular

La retirada de Toni Kroos dejó un vació en el eje del equipo que no se ha podido llenar en toda la temporada. Eso, unido a la falta de continuidad de Camavinga a consecuencia de las lesiones, la irregularidad de Bellingham y el hecho de que Aurélien Tchouaméni ejerciese como apagafuegos en defensa, impidió que la sala de máquinas se asentase. La falta de conexión con los delanteros ha sido una de las rémoras del equipo durante todo el año. El club busca un director de juego, posición que Alonso conoce a la perfección.

Que Arda Güler dé un paso al frente o el posible regreso de Nico Paz deben ser dos piezas que sumen pero no la solución definitiva. El alemán Stiller, apadrinado por Kroos, y Zubimendi, son dos nombres que suenan con fuerza en las oficinas del Bernabéu para coger el testigo de Kroos y Modric.

Electricidad en ataque

Quizás lo más decepcionante del Real Madrid en la presente temporada ha sido la falta de fluidez en ataque. Con una delantera de primerísimo nivel la ausencia de mecanismos de presión y de combinaciones junto a la deficiente conexión con el medio campo y la mala fortuna en momentos clave, ha lastrado al equipo. Sólo Mbappé ha rendido al nivel que se esperaba. A Vinicius se le vio desconectado en muchas fases de la temporada y Rodrygo estuvo a años luz de su mejor nivel. A ello hay que sumar los pocos minutos que ha tenido Endrink. La ansiedad con la que el joven talento brasileño salía al campo ante la falta de oportunidades jugó en su contra. Alonso deberá agitar la coctelera para que el maridaje entre las estrellas que deben desequilibrar sea la bomba atómica que se espera.

Defensa, centro del campo y delantera, tres sudokus que Xabi deberá resolver para que el Real Madrid vuelva aspirar a todo.