Real Madrid Castilla 1–0 CF Talavera

El Castilla insiste, sufre y vence: un gol de Joan Martínez mantiene viva la ilusión del filial

El Real Madrid Castilla logró una victoria tan trabajada como merecida frente al CF Talavera (1-0) en el Alfredo Di Stéfano. Los de Álvaro Arbeloa dominaron de principio a fin, desplegando un fútbol fluido, paciente y con personalidad, pero se toparon una y otra vez con un brillante Jaime González. El meta visitante sostuvo a su equipo hasta que Joan Martínez, con un imponente cabezazo en el minuto 82, hizo justicia en el marcador y aseguró tres puntos de oro para mantener al filial en la pelea por los puestos de playoff.

Primera parte: dominio total sin recompensa

El Castilla arrancó el encuentro decidido a imponer su ley. Con un bloque alto y las líneas muy juntas, los de Arbeloa monopolizaron la posesión desde los primeros compases. Manuel Ángel dirigía con criterio, mientras Thiago Pitarch y Yáñez se ofrecían constantemente entre líneas para romper el orden defensivo del Talavera.

La primera acción de peligro llegó en el minuto 7, cuando una combinación rápida por la derecha acabó en un remate desviado. A partir de ahí, el encuentro se jugó casi por completo en campo visitante. En el minuto 14, Manuel Ángel protagonizó una jugada sensacional, recuperando el balón, dejando atrás a su marca con un regate elegante y probando con un disparo que obligó a Jaime González a intervenir con reflejos felinos.

El ritmo del Castilla no decayó, aunque el Talavera logró frenar el impulso con un tramo de resistencia. En el minuto 21, una acción a balón parado terminó con un choque que detuvo el partido durante varios minutos, dando aire al conjunto visitante.

En los últimos compases del primer tiempo, el Talavera tuvo su mejor ocasión tras una pérdida en salida, pero Fran González respondió con una parada de mérito. El filial blanco, a pesar del dominio abrumador, se marchó al descanso sin encontrar el camino del gol.

Segunda parte: asedio blanco y recompensa final

El guion apenas cambió tras el descanso. El Castilla salió aún más decidido a romper el muro del Talavera, y pronto llegaron las oportunidades. En el minuto 55, Thiago Pitarch probó suerte desde la frontal, pero nuevamente apareció Jaime González. Segundos después, David Jiménez tuvo el 1-0 en sus botas, pero el guardameta volvió a tapar con una doble intervención espectacular.

El dominio era absoluto: 70% de posesión y un rival cada vez más metido atrás. Arbeloa, buscando energía fresca, dio entrada a Diego Aguado, Dani Mesonero y Álvaro Leiva, que cambiaron el ritmo del partido. En el minuto 74, el árbitro revisó una posible falta dentro del área, pero finalmente decretó tiro libre. El lanzamiento posterior se desvió en la barrera y tocó el poste, en la jugada más clara hasta ese momento.

Cuando parecía que el empate sería el castigo a tanto intento fallido, llegó la recompensa. En el minuto 82, tras un saque de esquina bien ejecutado, Joan Martínez se impuso por alto a toda la defensa rival y, con un poderoso cabezazo, envió el balón al fondo de la red. El Di Stéfano estalló.

El Talavera, obligado a reaccionar, adelantó líneas y puso a prueba a Fran González, que respondió con una parada providencial en el minuto 86. Arbeloa movió el banquillo para refrescar el equipo y aguantar el resultado. En el añadido, el Castilla dispuso de dos ocasiones clarísimas —una de Aguado y otra de Mesonero— para cerrar el encuentro, pero la falta de acierto mantuvo la tensión hasta el pitido final.

Buen momento y liderazgo de Arbeloa

Con esta victoria, el equipo de Álvaro Arbeloa encadena cinco partidos consecutivos sin conocer la derrota y confirma su progresión en la categoría. El Castilla ha logrado encaminarse hacia la senda de la victoria con una propuesta valiente, de posesión, presión y personalidad. El técnico ha conseguido que el grupo recupere confianza y muestre un fútbol reconocible: dinámico, vertical y con carácter.

Más allá del marcador, el Castilla transmitió solidez y madurez, sabiendo sufrir en los momentos clave y compitiendo con una identidad cada vez más marcada. La grada del Di Stéfano despidió al equipo con una ovación que refleja el buen momento de los chicos de Arbeloa.

El triunfo deja al filial en tercera posición, confirmando su gran momento y alimentando la ilusión por alcanzar los playoffs de ascenso. El Di Stéfano, con más de 3.000 espectadores, despidió a su equipo con aplausos y la sensación de que este Castilla tiene algo especial.