31 de mayo de 2025
Autor:
Álvaro Esteban Cordovilla
A pesar de que el Real Madrid siempre ha contado con jugadores de diferentes nacionalidades, su historia con jugadores ingleses ha sido algo irregular. Ciertamente, cuando uno de ellos llega a Chamartín, la atención y la expectación son máximas. Desde los primeros movimientos con futbolistas británicos hasta el fichaje de Trent Alexander-Arnold, en el feudo blanco se han vivido situaciones increíbles, peculiares y llamativas.
El primero en aterrizar en Madrid fue Laurie Cunningham, quien se unió en 1979 desde el West Bromwich Albion. Se ganó el respeto de la afición y, desde entonces, es muy querido por la afición madridista. Rápido, elegante y sin miedo. Dejó huella en el club, pero las lesiones impidieron que su carrera alcanzara su potencial esperado.
Después vino Steve McManaman, uno de esos nombres que a menudo quedan injustamente en un segundo plano. Llegó en 1999 desde el Liverpool. No fue ese tipo de fichajes mediáticos que acaparaban todas las portadas. Inteligente, técnico y con un gran entendimiento del juego. Pieza clave en la conquista de la octava Champions, marcando incluso en la final ante el Valencia.
En 2003, David Beckham se mudó de Manchester a la capital española. Con gran habilidad y un golpeo de balón a la altura de unos pocos privilegiados. La publicidad ya lo situó por todo lo alto con los demás ‘Galácticos’. Algunos no creían en él, pero acabó cerrando la boca de muchos. Se llevó una Liga y una Supercopa de España.
Al año siguiente, llegó Michael Owen, el reciente ganador del Balón de Oro. Estuvo una única temporada y anotó 16 goles. La incorporación del ex del Liverpool no dio sus frutos y se convirtió en un fichaje que no cumplió con las expectativas.
Más desafortunado fue el caso de Jonathan Woodgate. Defensa central, un jugador experto, que regresó de una lesión e hizo su primera aparición, pero no fue recordado. Su debut quedó para el olvido: gol en propia meta y expulsión. Su paso por el club fue como una anécdota amarga.
Después de mucho tiempo sin jugadores ingleses, en el verano de 2023, el conjunto blanco desembolsó una cantidad de dinero importante por la perla del Borussia Dortmund, Jude Bellingham. Su efecto fue instantáneo. En el primer año se consagró como uno de los líderes del Madrid, cerrando la temporada con 24 tantos y 13 asistencias. Pero la cosa no queda ahí, porque conquistó LaLiga y el trofeo más prestigioso a nivel de clubes, la Champions League. En la presente campaña, su nivel ha ido descendiendo, aunque sus números no lo reflejan del todo (14 goles y 13 asistencias).