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La inolvidable edición del Trofeo Bernabéu 1994

13 de agosto de 2025

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Autor:
Emilio Gracia


El Real Madrid de Jorge Valdano ganó al Palmeiras de Roberto Carlos por 3-2 en un trepidante partido repleto de alternativas y jugadas de calidad. Laudrup se presentó ante su nuevo público con una deslumbrante actuación

Hierro, Zamorano, Michel, Alfonso y Martín Vázquez celebrando uno de los goles. Imagen diario Marca

Hace años que no se disputa pero el Trofeo Santiago Bernabéu tuvo en su momento una importancia que hacía del mismo, en clave madridista, el primer partido oficial de la temporada. Desde su creación en 1979 como recuerdo a la figura del recordado expresidente fallecido el 2 de junio de 1978, desfilaron por el césped del Bernabéu los mejores equipos del momento. La de 1994 fue una de las ediciones más recordadas por la ilusión que generó el equipo entrenado por Jorge Valdano y por la espectacularidad de un partido que reunió a una destacada constelación de estrellas.

Un año antes de la entrada en vigor de la ley Bosman (15 de diciembre de 1995) los equipos sudamericanos tenían cierta capacidad para retener a sus estrellas durante más tiempo. El Palmeiras, bajo la dirección de Wanderley Luxemburgo —entrenador que una década después tomaría las riendas del Real Madrid con escasa fortuna—, era, junto al São Paulo de Telê Santana el mejor equipo de Brasil y uno de los mejores de Sudamérica. En sus filas estaba el cotizado medio centro César Sampaio; el potente central Kléber, que había jugado en el Logroñés; Zinho, titular con la selección de Brasil en el Mundial 94; el futuro Balón de Oro Rivaldo; Edmundo, un potente delantero internacional que sonaba para los grandes de Europa; Flávio Conceição, que defendería la camiseta blanca años más tarde, y un joven lateral izquierdo de nombre Roberto Carlos que hacía de la banda su autopista particular.

Una pretemporada perfecta

Tras cuatro Ligas consecutivas del Fútbol Club Barcelona, Ramón Mendoza contrató a Jorge Valdano para cambiar las tornas. El extrenador del Tenerife había puesto rumbo a la casa blanca para devolver al club en el que había triunfado como jugador lo que le había quitado como técnico en la última jornada de las temporadas 91-92 y 92-93. La pretemporada de 1994, a falta del broche de oro del Trofeo Bernabéu, había rozado la perfección, con el triunfo en el prestigioso Teresa Herrera, la victoria en el Trofeo Euskadi, una goleada al Feyenoord en el Trofeo Bahía de Cartagena y una victoria por 0-1 en el Heliodoro Rodríguez López para espantar viejos fantasmas.

El genial Michael Laudrup arrebatado al Barcelona, el deseado Fernando Redondo, Quique Flores, Cañizares y Amavisca, eran las novedades de una plantilla necesitada de jugadores de peso. Zamorano, descarte inicial de Valdano que suspiraba por el uruguayo Rubén Sosa, firmó una pretemporada espectacular en la que a base de goles se ganó la titularidad. El chileno sería el jugador más determinante de la Liga y lograría el Pichichi con 28 goles.

El buen juego de Sanchís, Michel o Martín Vázquez, la jerarquía de Hierro, la resurrección de Zamorano y la calidad de los nuevos fichajes habían devuelto la ilusión a una afición deseosa de títulos. El Trofeo Bernabéu debía ser el partido que ratificase las buenas sensaciones a tres días del inicio del debut liguero en el Sánchez Pizjuán.

Zamorano celebra uno de los dos tantos que marcó al Palmeiras. Imagen diario Marca

Cinco goles

El partido comenzó con el Real Madrid controlando el juego y entrando por las dos bandas que se intercambiaban Michel y Martín Vázquez. Zamorano, en sendos remates de cabeza, tuvo las primeras ocasiones. El Palmeiras tardó en entrar en el partido y lo hizo a lo grande. En el minuto 25 Rivaldo, de cabeza a la salida de un córner botado por Zinho, adelantó a los brasileños. Nueve minutos tardó el Madrid en empatar gracias a una jugada trenzada por Hierro, Michel y Alfonso, culminada por Zamorano de gran testarazo.

Al filo del descanso Evair pudo hacer el 1-2 pero inexplicablemente, tras regatear a Cañizares, fue incapaz de alojar la pelota en la red en una jugada que recordó a la de Cardeñosa en el Mundial 78. El atacante brasileño no falló en el minuto 52 y a pase de Roberto Carlos adelantó al Palmeiras, que trenzaba buenas jugadas en la media. El lateral que dos años después desembarcaría en la casa blanca visitaba por primera vez el estadio en el que haría historia dejando muy buenas sensaciones.

Laudrup como director de juego

En la segunda parte, el danés Michael Laudrup tomó las riendas del juego, siendo indetectable entre líneas para la zaga del Palmeiras muy bien secundado por Milla, que había sustituido a Alkorta en el descanso. La presión dio sus frutos y Zamorano, en el minuto 67, recogió un pase al hueco de Laudrup marca de la casa para de potente derechazo poner las tablas en el marcador.

El dominio del Real Madrid era absoluto. Luxemburgo buscó parar el torrente de juego de los locales dando entrada a Conceição en sustitución de Rivaldo. En el 83 Michel falló un penalti cometido sobre Sanchís. Cuatro minutos después una falta a ocho metros de la frontal cometida sobre Butragueño fue enviada a la red de manera magistral por Michel, que se resarcía de esa manera del fallo desde los once metros. El 3-2 fue la guinda de un partido de gran nivel que inyectó en la afición blanca la ilusión necesaria para afrontar una temporada que concluyó con el anhelado título de Liga que ponía fin a cuatro años de infortunios.

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